6 Al llegar a la era de Nakón, extendió Uzzá la mano hacia el arca de
Dios y la sujetó porque los bueyes amenazaban volcarla.
7 Entonces la ira de Yahveh se encendió contra Uzzá: allí mismo le
hirió Dios por este atrevimiento y murió allí junto al arca de Dios.
8 David se irritó porque Yahveh había castigado a Uzzá y se llamó
aquel lugar Peres Uzzá hasta el día de hoy.
9 Aquel día David tuvo miedo de Yahveh y dijo: «¿Como voy a llevar
a mi casa el arca de Yahveh?»
10 Y no quiso llevar el arca de Yahveh junto a sí, a la Ciudad de
David, sino que la hizo llevar a casa de Obededom de Gat.
11 El arca de Yahveh estuvo en casa de Obededom de Gat tres meses
y Yahveh bendijo a Obededom y a toda su casa.
12 Se hizo saber al rey David: «Yahveh ha bendecido la casa de
Obededom y todas sus cosas a causa del arca de Dios.» Fue David e hizo
subir el arca de Dios de casa de Obededom a la Ciudad de David, con gran
alborozo.
13 Cada seis pasos que avanzaban los portadores del arca de Yahveh,
sacrificaba un buey y un carnero cebado.
14 David danzaba y giraba con todas sus fuerzas ante Yahveh, ceñido
de un efod de lino.
15 David y toda la casa de Israel hacían subir el arca de Yahveh entre
clamores y resonar de cuernos.
16 Cuando el arca de Yahveh entró en la Ciudad de David, Mikal, hija
de Saúl, que estaba mirando por la ventana, vio al rey David
saltando y
girando ante Yahveh y le despreció en su corazón.